El Camino de los Pescadores

Cotobro – Playa del Muerto – Marina del Este – La Herradura

Tiempo Estimado: 2 h.
Nivel Dificultad: Medio
Longitud (ida): 3,2 Km.
Desnivel: 92m

Comenzamos el sendero bajando a la playa de Cotobro y nos dirigimos a su final, junto a los escalones de piedra que son el inicio del pequeño paseo. Pasados dos tramos empedrados volvemos a andar por la playa, con cierto sabor a playa virgen. Esta es la playa naturista del Muerto, que sin estar como antaño, aún guarda cierto encanto.
Si seguimos por la playa, nos encontraremos que al final, para poder seguir, habría que nadar un buen trecho ya que los acantilados del peñón del Lobo nos cierran el paso. Para evitarlos, veremos a nuestra derecha, a mitad de la playa, un barranco que comienza con unos escalones hasta alcanzar un rellano donde existe un abrevadero para el ganado. A la izquierda veremos el camino que sube hasta el Peñón del Lobo y un poco más adelante llegamos a un carril junto a un cortijo.
Desde aquí podemos admirar la costa con los Peñones del Santo, de En medio y de Afuera, y si miramos hacia el fondo, en algunas ocasiones con nieve, veremos la Sierra de Lújar con sus 1.836m.
Desde este punto tomamos el camino de tierra que sale a nuestra izquierda. Llegaremos a una cancela que podemos sortear por la izquierda, con mucha precaución. Pasaremos, más adelante, junto a un chalet con profundas grietas debidas a la alteración de los terrenos. Ignoraremos un desvío que baja directamente hacia Marina Del Este y siguiendo por la derecha saldremos junto a la entrada del Hotel Best Alcázar y la Urbanización Marina del Este. Una vez en el Best Alcázar seguimos por el vial de enfrente dejando el desvío del faro y la Ermita, para tomar la carretera principal, asfaltada, que desciende hacia La Herradura. Al llegar a la primera curva, veremos un mirador y junto a él unas escaleras que nos llevan a la pista de tierra denominada camino del Berenguel. Aquí veremos una torreta de piedra, donde abundan los Pinus Halepensis y Eucaliptus. Siguiendo el camino en descenso, nos encontraremos junto a la iglesia de La Herradura que es el punto final de nuestro recorrido.

Botánica:
Durante nuestro recorrido podremos disfrutar de una amplia variedad botánica a pesar de la cercanía al mar. Observaremos una vegetación autóctona y aclimatada compuesta por ricinos, especie introducida en época romana que se explotaba junto con el famoso “GARUM”, también usada como remedios medicinales sobre todo en los años 60. Adelfas, carrizo, cañas, palmitos, lentiscos y olivos, acebuches, almendros e higueras.
Entre las flores que crecen junto a las orillas nos encontramos con el TRIPLERUROPERMUM Maritimun, de flores parecidas a las margaritas. Podemos ver la achicoria (antiguo sucedáneo del café), el cambrón, el lentisco pistachea, hinojos y un largo etc…

Fauna:
En la franja marítima terrestre, junto a las rocas descansa la lapa común, caracolillos, mejillones (algunos cubiertos de percebes y briosos), cangrejos ermitaños y erizos de mar, anémona actinia conocida como tomates de mar, litófagos o dátiles de mar y cangrejos.
Arrastrados por el mar aparecen en ocasiones en las orillas caballitos de mar, estrellas de mar, esponjas…
Si prestas atención y guardas silencio, es fácil que a lo largo del recorrido puedas observar especies tales como la gaviota argentea, gaviota cana y gaviota reidora, el charrán patinegro, la ardilla y en la zona de pinares los mirlos y jilgueros. Fuera de la época estival es relativamente fácil observar al cormorán con sus vuelos en picado para pescar peces.